Trabajo infantil, una trampa que mata

Trabajo infantil, una trampa que mata

Elaborado por: AgenciaPandi.org

Este informe se realiza en memoria de Evelio, quien perdió la vida a los 10 años mientras estaba trabajando.

 “Mi único mensaje es que los padres no permitan que sus hijos trabajen y así puedan cuidar de ellos a cada momento”. – Aurora Vargas, madre de Evelio.

  • De acuerdo con el Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en el año 2010 fallecieron en el país 10 niños, niñas y adolescentes por estar trabajando en condiciones irregulares, mientras que 42 resultaron lesionados a raíz de la misma situación. Esta entidad solo atiende los casos que vienen con la orden de un juez o de una comisaría de familia para examinar y dictaminar las causas de la muerte o accidente.
  • El 40% de las muertes y el 57% de las lesiones entre los menores de edad ocurren en labores domésticas.
  • El ICBF le dice a PANDI que con respecto a estas cifras… Funcionario Incompetente, esta consulta fue enviada al Ministerio de Trabajo – Dirección de Protección Laboral. Bajo radicado No.050745.
  • En entrevista con PANDI, el Ministerio del trabajo, menciona que actualmente se está desarrollando el Sistema de Información Integrado para la Identificación, Registro y Caracterización de Trabajo Infantil, el cual tiene por objetivo articular la oferta de servicios de protección social, pública y privada para que se convierta en un instrumento que permita efectuar seguimiento y análisis de la problemática a nivel nacional y territorial.
  • La Fiscalía General de la Nación no atiende a PANDI que durante dos meses le hizo la solicitud de responder personalmente o por escrito acerca de los casos y resultados que tiene sobre niños y niñas muertos o accidentados por trabajar en condiciones irregulares.

Bogotá D.C. De acuerdo con las últimas estimaciones del Departamento Nacional de Estadística (Dane), para el año 2009 Colombia tenía por lo menos 1.849.987 niños y niñas trabajando así: 1.050.147 en diferentes actividades y 799.840 en labores domésticas. Estos menores de edad enfrentan permanentemente el riesgo de accidentarse y hasta de perder la vida, una situación que, al parecer, no tiene clara ninguna institución del Estado y por lo tanto, está lejos de ser prevenida, atendida y juzgada como el interés superior de la niñez y la prevalencia de sus derechos lo exigen.

En el país, la Fundación Telefónica atiende a más de 23.000 niños y niñas trabajadores, es decir, alrededor del 1% del total de los menores de edad en esta condición. Datos del programa Proniño de esta Fundación, señalan que desde el 2008 se han registrado 43 casos en los que niños, niñas y adolescentes han resultado lesionados o han perdido la vida por estar trabajando en condiciones irregulares.

Sí, la Fundación Telefónica registra y lleva un control sobre lo que pasa con los niños y niñas que pertenecen a su programa y que están dejando el trabajo infantil. Si estos registros son solo del 1% de toda la población trabajadora, podríamos, con una regla de tres, calcular que, si en el 1% de la población hay 43 casos, en el 99% de la población trabajadora habría 4.257 casos que no son conocidos, reportados ni atendidos.

A lo anterior se suma que cuando un niño o niña va al médico por alguna lesión producida por estar trabajando, es muy posible que esta no sea registrada como el efecto de una violación a sus derechos ni levante las alarmas necesarias y de inmediata protección.

De acuerdo con Clemencia Mayorga, médica pediatra de la Asociación Colombiana de Pediatría, “Entre el 15 y el 20 por ciento de las consultas a los servicios de urgencias en pediatría ocurren por accidentes. Pero, qué hay detrás de ese accidente”, se pregunta la especialista.

“Lastimosamente nosotros, como profesionales en la salud, desconocemos el trabajo infantil como un aspecto que va en contra de la niñez, entonces si yo no reconozco el tema, probablemente no lo busco. Por esta razón, es muy seguro que en las instituciones de salud haya un subregistro de casos reportados. Tal vez, muchos de los casos que nosotros clasificamos como accidentes sean de fondo causados por trabajo infantil”, explica la médica pediatra.

En Bucaramanga, por ejemplo, Josman Vargas Torres, de 14 años, resultó con quemaduras en casi el 20 por ciento de su cuerpo debido a que se encontraba ayudando a su madre en la zapatería donde ella trabaja cuando hizo explosión la ‘cocina’ del lugar. En esta misma ciudad, el niño Evelio Rojas, de 10 años, perdió la vida luego de ser atropellado por un camión mientras trabajaba junto a su padre en un taller de mecánica[1].

Claudia Aparicio, directora de la Fundación Telefónica, reitera que el trabajo infantil no es un juego y que cuando un niño o una niña trabaja, se expone a múltiples riesgos que van en contra de su integridad física y emocional”. Aparicio agrega que “los ciudadanos no debemos tolerar ni incentivar el trabajo infantil, no debemos comprar nada que vendan los niños, no se debe apoyar la mendicidad ni los trabajos en las calles. Esta es una problemática oculta que necesita contar con la participación de toda la sociedad”.

El hogar, una trampa invisible y mortal

Como uno de los llamados trabajos invisibles está aquel que realizan los niños,  especialmente las niñas, en las labores del hogar durante más de 15 horas a la semana. De acuerdo con el Dane, esta cifra se ubica en 799.840 menores de edad que diariamente exponen sus vidas al interior de su propia vivienda o de una ajena.

El reporte de Medicina Legal señala que durante 2010 se registraron 10 muertes y cuatro de ellas, equivalentes al 40%, se presentaron en trabajos del hogar. En el 100% de estos casos las niñas fueron las únicas afectadas.

El 57% del total de lesiones de niños y niñas reportadas durante el año anterior, es decir 24 casos, se refieren a menores de edad lesionados por estar a cargo de las labores del hogar. El 33,3% fueron niños y el 66,7% fueron niñas, lo que evidencia la recurrencia del trabajo infantil doméstico en el género femenino.

Para Claudia Aparicio, directora de la Fundación Telefónicala sociedad tiene la responsabilidad de dejar a un lado este imaginario y de no estimular el trabajo infantil. “Todos debemos ser conscientes de que los niños y niñas deben estar estudiando y que sus servicios impiden su desarrollo y los enfrenta a riesgos que afectan su salud y su vida”

La inclemencia del trabajo infantil

La agricultura, uno de los trabajos más pesados para cualquier ser humano, es uno de los más recurrentes entre los niños que trabajan en el país con el 37,3% de los casos. Lo siguen el comercio (30,5%); los servicios (7,8%); la industria (13,6); el transporte, almacenamiento, comunicaciones (6,9%); la construcción (2,1%); las actividades inmobiliarias (1,2%); el trabajo en minas y canteras (0,5%).

De acuerdo con Medicina Legal, en el año anterior se reportaron tres casos de menores de edad resultaron heridos por realizar labores agrícolas y otros tres en los que perdieron la vida.

En la ciudad de Pasto, por ejemplo, Sebastián Aviga Leiva, de 8 años, presenta lesiones dermatológicas en su rostro por estar expuesto constantemente al carbón, mineral que vende y distribuye desde hace algún tiempo. Entre tanto, en Tunja, Yorman Andrés Hernández, de 16 años, presenta una enfermedad degenerativa en sus manos debido a que desde pequeño ha realizado trabajos como ayudante en labores de construcción.

La tragedia narrada por las propias familias

“Pensando en el bien de los hijos, los padres muchas veces tomamos decisiones equivocadas que solo producen males y sufrimientos. Yo tomé la opción que no era, con los hijos no hay que manejar las cosas por las malas”, reflexiona Jazmín Torres, mamá de Yosman, luego de que el niño resultara herido tras una explosión en la zapatería donde ella trabaja. Jazmín le manifestó a PANDI que llevó a Yosman a este lugar como castigo por su mal rendimiento en el colegio y para que aprendiera a valorarlo y aprovecharlo.

Como esta madre, son muchos los padres que pretenden que sus hijos trabajen pues, según ellos, así adquirirán responsabilidad, carácter o mejor comportamiento. Sin embargo, y aunque esta situación pudiese mostrar a los papás y mamás como los culpables por la suerte de sus hijos, lo cierto es que ellos también son víctimas de una sociedad y de un Estado que por décadas ha tolerado el trabajo infantil como una práctica normal en las familias.

Aurora Vargas, mamá de Evelio Rojas, el niño que en Bucaramanga perdió la vida mientras trabajaba junto a su padre en un taller de mecánica, le contó a PANDI que el dinero que ganaba su hijo en el taller era la razón que lo motivaba a desempeñarse allí como ayudante. “Él mientras que fuera capaz de hacer las cosas las hacía, él le ayudaba a su padre lavando tornillos o haciendo mandados”, cuenta Aurora, quien admite que era muy poco lo que el niño recibía como incentivo económico.

Según Aparicio, a pesar de que el dinero es la principal razón que los niños y las niñas argumentan para trabajar, “está comprobado que más del 50 por ciento de los menores de edad que trabajan no reciben dinero por sus labores, lo que indica que el trabajo infantil no es rentable, no solventa un hogar y mucho menos cambia la situación de pobreza en ellos”.

La directora de la Fundación Telefónica agrega que el 11,9% de los niños y niñas trabaja por las razones que menciona la madre de Yosman y que están relacionadas con aquellas creencias sobre la autonomía y la responsabilidad, argumentos que lo único que hacen es exponerlos a situaciones que aún no saben sobrellevar.

El día del fallecimiento de Evelio quedará por siempre en la memoria de su madre, quien hoy refleja el dolor que le produce la ausencia de su hijo, un dolor que comparte Jazmín cada que vez que observa las cicatrices que dejaron las llamas en el cuerpo de Yosman. “Mi único mensaje es que los padres no permitan que sus hijos trabajen y así puedan cuidar de ellos a cada momento”, expresa la madre de Evelio.

La realidad oculta en las cifras

Melva Díaz, directora de Derechos Fundamentales del Trabajo, del Ministerio del Trabajo, menciona que diversos motivos pueden originar el subregistro en las cifras de lesiones y muertes por trabajo infantil.

“Lo primero que puede suceder es que no se esté reportando, es decir, que a los hospitales lleguen casos de accidentes ocasionados por trabajo infantil y que el sistema de salud no los capte y que queden registrados como riesgo común en el Sistema General de Seguridad Social en Salud, explica Melva Díaz.

 

La funcionaria agrega que puede ocurrir también que estos casos se estén registrando y tomando como hechos violentos en vez de darles la categorización correspondiente y que por competencias, vayan directamente a la Justicia Penal Ordinaria. Además, puede suceder que de acuerdo con lo establecido en el Código Sustantivo del Trabajo estos casos son responsabilidad de las autoridades locales y estas, a pesar de tener la obligación de informarlo, no realizan el reporte respectivo.

 

Un esfuerzo interinstitucional

Si bien, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, es el ente rector encargado de la protección y restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, existen otras entidades del Estado que deben estar articuladas y comprometidas con esta labor, entre las que se encuentran los ministerios de Salud y Protección Social, y de Trabajo, así como la Fiscalía General de la Nación.

El  ICBF reportó que para el año 2010 atendió a 1.257 niños, niñas y adolescentes e inició proceso administrativo de restablecimiento de derechos a causa de la explotación laboral.

De acuerdo con Sandra Moreno, coordinadora del Centro de Referencia Nacional sobre Violencia del Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses, esta entidad solo realiza el examen médico a un niño o una niña por lesión o muerte “si existe una orden judicial previa que nos autorice analizar las causas y medios. Esta autorización debe venir detallada de parte de la Fiscalía, del Ministerio Público o de las Comisarías de Familia”.

Según Melva Díaz, del Ministerio de Trabajo, “la determinación sobre si una lesión en un niño o niña es por causa de un accidente de trabajo no la toma el hospital. El hospital puede asumir que es un accidente pero la indagación posterior la hace el Icbf, quien debe considerar si la lesión es o no laboral”.

De igual manera, Díaz agrega que precisamente para lograr una verdadera y efectiva comunicación entre las instituciones, es que el Ministerio se encuentra adelantando el Sistema de Información Integrado para la Identificación, Registro y Caracterización de Trabajo Infantil con el que se podrá, entre otras cosas, articular toda la información que tengan instituciones como el Icbf, la Policía de Infancia y Adolescencia, el Sena, el Ministerio de Educación Nacional, el Ministerio de Minas, el Departamento Administrativo de la Prosperidad Social, la Fiscalía General de la Nación, las comisarias de Familia y demás actores del Sistema Nacional de Bienestar Familiar.

El que todavía no hayan cifras exactas sobre cuántos menores de edad hay reportados por lesiones o muertes relacionadas con trabajo infantil o que se desconozca cuántos procesos judiciales se han iniciado contra padres o terceros por estar involucrados con la explotación de los niños y las niñas, son ejemplos claros de un vacío interinstitucional frente a la problemática.

“La Estrategia Nacional para Prevenir y Erradicar las Peores Formas de Trabajo Infantil es un ejemplo claro y completo del compromiso que tiene el Estado, el Gobierno Nacional, los sectores públicos y privados para erradicar esta problemática. No obstante, hay retos muy grandes de cara al futuro. Por ejemplo, el que aún no estén identificados en su totalidad los niños y niñas trabajadores es una muestra del trabajo que hay realizar interinstitucionalmente, en el que se involucre también a la sociedad y con el que se logre el resultado que el país quiere, que no haya ningún niño trabajando”, manifestó Claudia Aparicio.

La doctora Clemencia Mayorga, considera que definitivamente hay un vacío institucional en el tema del trabajo infantil. “Todos los círculos del Estado y de la sociedad deberían estar lo suficientemente capacitados en el conocimiento de los derechos de los menores de edad para que en el momento en que alguno de ellos sea vulnerado, cualquier institución esté en la capacidad de reconocer, notificar y brindar los mecanismos de protección para ese niño o niña”, señala Mayorga.

 

Usted puede ser un agente del cambio

Con el propósito de promover y proteger los derechos de los niños y las niñas que trabajan en el país y en el mundo entero, la Fundación Telefónica adelanta la iniciativa ‘Aquí Estoy’, con la que pretende que a través de las redes sociales se logre una verdadera movilización social que involucre a toda la comunidad en el rechazo y la denuncia del trabajo infantil.

Claudia Aparicio, directora de la Fundación Telefónica, considera que decir ‘Aquí Estoy’www.yodigoaquiestoy.com“es una manera efectiva para que los ciudadanos denunciemos a través de teléfonos móviles o de la web los lugares donde se encuentran los niños trabajadores”.

Uno de los problemas para erradicar el problema es identificar en dónde están los niños y las niñas. Por ello, el Ministerio de Trabajo y la Fundación Telefónica promueven esta iniciativa que involucra a toda la sociedad.

Aparicio agrega que decir ‘Aquí estoy,’ “es una invitación a todos y todas las personas a que reflejemos el compromiso que como sociedad tenemos de no apoyar prácticas en las que estén involucrados los niños y las niñas. Tenemos siempre que recordar que su cuidado y bienestar debe ser lo más importante”.

Fuentes de información

Ministerio del Trabajo

Melva Díaz. Directora de Derechos Fundamentales del Trabajo.

Tel:   (57-1) 3305000       Ext. 1300

Móvil: (57) 3162917776

mdiazb@minproteccionsocial.gov.co

Fundación Telefónica

Claudia Aparicio. Directora.

Móvil: 316-4724195

claudia.aparicio@telefonica.com

Sociedad Colombiana de Pediatría

Clemencia Mayorga.

Móvil: 311-5616129

cmayorga@clinicasanrafael.com.co

Mayor información:

David Leonardo Rincón Peña

Director de proyectos

Agencia PANDI

Tel: (57+1) 6143489

Móvil: (57) 311-2207922

E-mail:  proyectos@agenciapandi.org

 


[1] Previa cita, PANDI viajó hasta Bucaramanga para entrevistar a la Fiscal Madeleyne Pérez, del Centro de Atención a Víctimas de la Fiscalía General de la Nación, acerca de qué pasa con los procesos judiciales de las niñas o niños que resultan accidentados o muertos por estar trabajando. Cuando PANDI llegó, la Fiscal se disculpó y no atendió al periodista porque “La oficina de prensa de la Fiscalía General de la Nación en Bogotá no dio autorización”. Como se explicó, la Fiscalía General recibió la solicitud de PANDI a través de la oficina de prensa y luego a través del Despacho de la señora Fiscal, pero ni con las preguntas por escrito ni con dos meses de insistencia, obtuvimos respuesta alguna.

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