A propósito de un aniversario más de la Convención sobre los Derechos de los Niños y de las Niñas (noviembre 20 de 1989), vale la pena recordar que Colombia, como país que ratificó dicha convención, adquirió la responsabilidad inaplazable de garantizar todos y cada uno de los derechos de los niños, niñas y adolescentes del país. “Sin embargo, y a pesar de los avances, un solo niño que no muera por causas evitables, uno solo que deje de trabajar, uno solo que vuelva a la escuela, vale la pena una reflexión y debate social”, afirma María Paula Martínez, directora de Save the Children.
El Código del Infancia y la Adolescencia, Ley 1096 de 2006, es el instrumento a través del cual Colombia dio vida a los mandatos de 1989. No sobra hacer cálculos para darse cuenta de que la primera deuda fue que tardamos 16 años como país para darle a la niñez y la adolescencia una ley propia.
“Me gustaría recordar que toda persona menor de 18 años es legalmente un niño o niña y que todos sus derechos son 1. Fundamentales y 2. Prevalentes, es decir, que están por encima de los derechos de los demás y que antes que pensar en invertir en cualquier ámbito, Colombia tiene la obligación de invertir en la garantía de los derechos de los niños y de las niñas”, señaló la Directora de Save the Children.
En cifras:
• Hoy, 3 niños o niñas serán abandonados.
• Hoy, dos niños o niñas serán las víctimas de un homicidio.
• Hoy, durante la siguiente hora, dos niños o niñas llegarán a Medicina Legal por presunto abuso sexual.
• Hoy, 1.500.000 salieron a trabajar arriesgando sus vidas.
Es necesario resaltar que luego de haber cumplido 27 años de que Colombia firmara y ratificara la Convención de los Derechos del Niño, aún son miles de niños, niñas y adolescentes las víctimas de los diferentes tipos de vulneraciones que se viven en este país.
La invitación es a entender que como sociedad todos tenemos el deber de garantizar y promover los derechos de este grupo de la sociedad.